Querida foto de recuerdo: te odio

Querida foto de recuerdo: te odio. 


Así es, lectores cocoteros. Abrimos esta beda porque Dale al Coco siempre intenta mantener una imagen positiva y alegre, pero la vida es dura y tiene obligaciones morales que a nadie le gusta cumplir como ésta de la que vamos a hablar hoy.
Si alguien se ofende le cedo la tarea durante un par de meses a ver si me escribe la segunda parte de este artículo.

Querida foto de recuerdo: ¿desde cuándo existes?

Alguien pensaría: sería una fantástica idea sacar una foto de recuerdo a los grupos para que no se olviden de la actividad irrepetible que acaban de vivir.
Qué bien, eh. Qué bien. Qué detalle. Encima gratis. Sólo es sacar la foto, pasar la foto a la carpetita del ordenador, ponerle un marco (ya que te pones, encima hay que ser creativo) y subirla a Facebook. Qué rápido parece. Vamos allá.

Querida foto de recuerdo: poneros!

Vamos a hacer aquí la foto que hay buena luz. Venga, pon unas caretas o algo que queda muy soso. O unos cartelitos graciosos que es más higiénico. Una tarde entera de tu vida haciendo cartelitos que nadie valorará. ¡Qué ilusión! Primera semana:

- Oiga en otros escapes regalan la foto
- Y la mandan al correo
- A mí me la imprimieron y todo
- Los boomerangs son más originales
- ¿Me etiquetas?
- Otra por favor que salgo como soy y no me gusta
- ¿Puedo coger 3.500 objetos de dentro de la sala?
- Ay, qué flashazo
......
-Ay, que grupo tan encantador. Con gente así charlaría hasta el díMIERDA. Se me olvidó la foto.

Al octavo día: ¿y si la hacemos solo con su móvil? ¿no será más fácil?

Querida foto de recuerdo: ¿cuándo te apoderaste de mi vida?

Hasta que, con el paso del tiempo, la ilusión desaparece proporcionalmente a la cantidad de problemas que este hábito te da:
Mierda, las fotos. ¿Ésta ya la había subido? Venga, voy a mirar. Vaya, ésta hay que recortarla. Porras, éste me ha sacado el maldito tesoro, ¿cómo se pixela esto?
Venga, las subo. Procesando... procesando... error de carga. Ui... ¿dónde están las fotos? Si las acabo de subir!! No las habré borrado *el corazón se te para durante unos segundos*
Aquí. Vaya, Facebook no carga. Ah si, que no era aquí. Es que lo actualizaron, ahora está en álbumes. ¿Cómo? ¿Dónde está el álbum? Vale, ya está, había que subirlo como publicación.
Tienes un mensaje sin leer en la bandeja de entrada:

- Oiga es que no encuentro mi foto, fuimos el día 3 del 2 a las 10.00h a nombre de Perico de los Palotes y...
-Ah, nada, ya la encontré gracias

- Oiga yo no di el consentimiento para que subieran mi foto
- Bueno, aceptó usted tal y cual política, pero no pasa nada, se la borro
- Ah bueno gracias, pero mándamela al correo
- Claro hombre, ¿quiere algo más? ¿un abanico para los días de calor? ¿voy yo misma a abanicar?

...

Al octavo mes: ¿y si dejamos de hacer la foto?

Querida foto de recuerdo: en serio, te odio.

En esta era de las redes sociales es importante almacenar recuerdos, lo entiendo. Sé que te apetece publicar dónde estuviste y con quién, recordar cómo lo pasaste.
Pero, ahora en serio: ¿vas a volver a mirar esa foto algún día? ¿cuándo? ¿uno más en toda tu vida?

Foto de recuerdo, sin rencor: como jugadora no tengo nada contra tí. No me importas. Cuando me lo paso en grande, me acuerdo. No necesito una fotografía de cada paso que doy.
¿La tengo? Vale, ahí la dejaré ocupando memoria en mi teléfono, cierto. Pero no por no tenerte recuerdo menos mi experiencia en salas es escape, en aquel restaurante al que fuimos por mi cumple, en aquellas uvas en familia, en mi concierto favorito o en mi primer día de trabajo.

Los recuerdos importantes no están en Facebook, al menos los míos. Están en mí. Y de los que no me acuerdo, no me acuerdo. ¿Para qué quiero la foto? Si voy a perder el móvil y no tengo la nube sincronizada.

¿Qué tal? ¿Lo entendéis? ¿Os sentís identificados en algo? ¿Habéis sonreído alguna vez leyendo este artículo? ¿Eres esa persona encargada de descargar la foto cuando la subamos y pasarla a todo tu grupo? ¡Por favor, no me metas presión que lo hago lo mejor que puedo!

Al final acabaré tirando la cámara por el balcón, y si quieres foto de recuerdo, hazla con la mente cuando estés dentro. Porque será el recuerdo más auténtico que te lleves de una experiencia así.


Gracias por leernos, cocos.

¡Hasta el siguiente post!

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